La frontera más recóndita del planeta se encuentra al norte del océano Pacífico, en el estrecho de Bering. Este lugar está formado por las islas Diómedes, dos islas que pertenecen a dos países distintos. Diómedes Mayor al oeste perteneciente a Rusia, y a menos de 4 km al este se encuentra Diómedes Menor, que forma parte de Estados Unidos.

Las islas Diómedes están divididas por una curiosa frontera, la cual marca la línea de cambio de fecha internacional. Nada más y nada menos que 21 horas de diferencia es lo que hay en esta frontera que se encuentra entre dos islas separadas por menos 4 kilómetros de distancia.

Las islas Diómedes, entre Rusia y Estados Unidos

Aunque la hora solar es la misma hay 21 horas de diferencia entre las islas. Desde la Diómedes menor si miramos al oeste podremos ver literalmente el mañana. Por eso, a estas dos islas también se les conoce por el nombre de la isla del Mañana y la isla del Ayer, por la diferencia horaria de casi un día.

En los gélidos inviernos se forma una capa de hielo que une ambos continentes y se puede cruzar sin necesidad de tomar un barco entre ambos países. Es posible ir a pie desde Estados Unidos a Rusia y viceversa, pero no es legal. Lo que sí sería posible y un sueño para muchos es crear una autopista que conecte todo el mundo. Un enorme puente que conectara la Rusia continental con las islas Diómedes para finalmente enlazar con Alaska.

La frontera más recóndita del planeta

En cuanto a las islas, éstas eran históricamente habitadas por indígenas. La isla rusa llamada Imaqlic, en el idioma del lugar, está deshabitada actualmente. La isla americana llamada Inaliq, pertenece al estado de Alaska, y en ella reside aproximadamente poco más del centenar de personas. Sin embargo, se encuentra en un lugar tan inhóspito que la única forma de llegar por aire es en helicóptero. Aún así es posible viajar a las Islas Diómedes y conocerlas.

En la frontera más inhóspita del planeta, el clima es extremo en muchos meses del año. Lo que está claro, es que este lugar es uno de los enclaves más curiosos del planeta.

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